Lo primero, fue que su cuenta de Facebook le fue cancelada, ya que le acusaron de “hacerse pasar por una celebridad”. Incluso la fracasada red social de Apple, Ping, le canceló su cuenta por las mismas razones.
Pero eso no es lo peor de todo: El pobre Bieber no puede estar tranquilo porque su teléfono suena a cada rato durante todo el día. ¿Crees que no ha tratado de evitarlo? Te equivocas. De hecho, cambió su número telefónico y esta vez lo registró a nombre de su esposa, pero ni eso evitó que unas fanáticas locas lo consiguieran y lo hicieran público en un sitio web.
Ahora recibe aún más llamadas y mensajes (a veces, hasta 50 en sólo dos horas). Se ha tenido que acostumbrar a tener los teléfonos desconectados y apagados, incomunicándose de sus familiares que tienen que ir a su casa para ver si sigue vivo. Pero aún en su propio domicilio, no falta alguna fan perdida buscando fisgonear al célebre niño.
Y si creías que los clubes de fans ya no utilizaban el correo tradicional, también te equivocas. En su casa se reciben hasta 10 cartas diarias de ‘admiradoras’.
Lo único bueno de todo este desastre: Que ahora la gente ya ha aprendido a pronunciar correctamente su apellido.
