El problema de pelearte con una persona que te quiere, es que sabe dónde hacerte daño de verdad, y en este caso el daño es totalmente físico. Resulta que Catherine Kieu Becker, de 48 años ató a su marido, del que estaba en proceso de divorcio, a la cama. El hombre, que probablemente estaba esperando un acto sexual especial, vio cómo su mujer empezó a cortarle el pene con un cuchillo de cocina.
No contenta con esto, echó el pene a un triturador de cocina para que no se pudiera reconocer nunca más. La policía descubrió que la mujer hacia drogado a su marido para poder atarle bien a gusto. Aunque el resto del pene y el hombre fueron llevados al hospital, mucho me temo que no se pueda hacer nada por el apéndice, y que nuestro protagonista tenga que pasarse el resto de su vida sin volver a usarlo.
Catherine ha sido acusada de intento de homicidio, asalto a mano armada, envenenamiento y violencia conyugal. Moraleja: Nunca os dejéis atar a una cama por una mujer que tenga algo contra vosotros por mucho que tengáis fantasías masoquistas, y mucho menos si habéis pedido el divorcio vosotros.
